18 de octubre de 2021

LA MINA (y van 2)



Descubierta de lignito en GarzweilerAlemania

Pocas veces en mi vida he contemplado un espectáculo tan bochornoso como la rueda de prensa del encargado de dar la cara de la empresa que quiere abrir una mina de litio en Cáceres.

O yo me he vuelto loca, o esas explicaciones que pretendían dar acerca de la comprensión con la población enamorada del paisaje de Cáceres para destrozarlo, hacían reír y llorar al tiempo.

Ustedes, señores del litio, ¿saben que el público al que se dirigen entiende lo que se les dice?, ¿alguna vez se les ha pasado por la cabeza aceptar que no es no?, ¿saben que las mentiras, por poca luz de la que dispongan esas mismas mentiras acaban saliendo a la superficie?, ¿saben que no nos fiamos de ustedes ninguno de los interesados?, ¿qué más van a prometer?, ¿qué desconocimientos tratan de imbuirnos para que aceptemos sus desmanes?, ¿con qué tipo de banda tratan para hacer desaparecer milenios del planeta a favor de sus bolsillos? Seguiría así hasta el infinito, pero no merece la pena, porque hay que dejar sitio a los que luchan en la calle, a los que se manifiestan haga frío o calor, a los que se pasan horas en los registros oficiales presentando reclamaciones ante semejantes pretensiones, a los que, en definitiva, no escriben en medios de comunicación porque no tienen sitio ni ganas, pero se baten el cobre perdiendo el sueño, colgando en sus balcones pancartas que niegan la mina, poniéndose camisetas con lemas que rechazan el latrocinio que ustedes pretenden, educando a sus hijos en la bondad y la necesidad de colectivos que luchan por lo que creen, y enseñando que eso es libertad.

Ustedes podrán contratar a políticos corruptos, que se adentraron en instancias municipales para (supuestamente) allanarles el camino de las concesiones, podrán diseñar parques idílicos, cuevas de hallazgos inexplicables, cauces de ríos subterráneos para que generaciones futuras vayan a bañarse al fresco, caminos de nubes interiores de color rojo, dejar huellas de bombas, líneas de ferrocarril que no se ven … pueden ofrecer lo que se les pase por la imaginación, pero no lo queremos.

Queremos que se vayan a otro sitio con sus pretensiones siniestras. Mejor, queremos que abandonen cualquier tipo de propuesta que pueda destrozar nuestro planeta en cualquier parte del mundo, llevando implícito el desprecio de la población, el uso de recursos protegidos, la paz de las personas que viven sin molestar a nadie y amenazando el futuro de generaciones (no tan lejanas) que contemplarán impertérritos cómo fue posible que nosotros nos rindiéramos ante tamaña salvajada.

Ese potencial económico que dicen tener, que auguran propiciar y que dicen saber administrar, empléenlo en educación, cultura, salarios dignos a sus trabajadores, aprender qué es verdad y qué es mentira. Si el alcalde de Cáceres ha dicho que no, no insistan. Es la máxima autoridad de la ciudad y con más poder que ustedes. Acéptenlo, porque hay veces en las que se pierde.

¡Ah! No olviden que las personas con banderas en sus casas, camisetas de protesta, manifestaciones, pasquines en contra de ustedes, pegatinas en las farolas y sueño de futuro en paz, siguen ahí. Es por si lo olvidan. Seguimos ahí.

Matilde Muro Castillo.

Artículo publicado en el diario HOY de Badajoz el 18 de Octubre de 2021.