16 de diciembre de 2019

CAINITAS


https://www.hoy.es/extremadura/cainitas-20191216101042-nt.html?fbclid=IwAR2x0mdCXSX1ptxoFubWuwc9CHmBQvdcM2ZRT9oUizRgtsUG_kv537f68MU#vca=fixed-btn&vso=rrss&vmc=fb&vli=Extremadura


Tenía la impresión de que el alcalde de Manacor había errado el tiro hablando mal de Rafa Nadal, esa persona impecable en su trabajo y comportamiento social.
            Somos malos entre nosotros. No ha habido una respuesta furibunda nacional contra ese sujeto político que echa basura aventando suposiciones y opiniones propias frente a Rafa Nadal, al que tendría que extenderle una alfombra roja allá por donde pasara, porque no ha hecho otra cosa el deportista que vivir en su pueblo, como a todos nos gusta.
            La diferencia de Rafa Nadal con los demás mortales es que desarrolla una actividad con la que gana bastante dinero, y tiene el gusto de gastarlo en su entorno habitual, contrata a los que conoce, da vida a las empresas de esa localidad pequeña y aislada que tiene dificultades de comunicación por razón de la geografía, pero que él solventa invirtiendo cantidades gigantescas de dinero para que no parezca que llegar a Manacor es complicado.
            Rafa Nadal, además de jugar como los ángeles al tenis y ponernos de pie a los que le seguimos, por esa fuerza mental envidiable, ha decidido por sí mismo conservar sus amigos de la infancia, bañarse en las aguas del Mediterráneo, comer lo que siempre ha comido, dormir la siesta, disfrutar del sol, y pasear por su pueblo sin firmar autógrafos porque todos lo tienen, y que le dejen en paz los pocos días que ahí pasa, le cueste lo que le cueste de impuestos.
            Pero amigos, ha aparecido el alcalde cainita, el envidioso de turno que disfruta haciendo el mal, ejercitando el poder de la lengua viperina, dándose la importancia que no tiene, sacando a relucir sus incompetencias, y estableciendo topes donde no existen. ¡Hace falta ser inútil!
            El alcalde actual de Manacor debería pedir perdón, ponerse a las órdenes de Nadal y su gente y tratar de potenciar esa belleza de isla con el nombre del mejor deportista que ha tenido España en su historia. Debería dimitir, sin dudarlo un minuto, y hacer la ola en cuanto lea, escuche o toque el nombre de Rafael Nadal. Debe prescindir de la estupidez que irriga la política en general y ponerse a disposición de quien hace las cosas bien, de quien se siente español por los cuatro costados, de quien no para de decir que su mayor orgullo es su país, su pueblo, sus amigos, su gente. De quien es tan generoso que ayuda en Manacor, en España, en India, en África… donde le pidan y sepa que, la infancia sobre todo, le necesita.
            ¿Qué más hay que hacer en este país?, ¿qué más se necesita para que dejen en paz a la gente buena?, ¿es tan espantoso ser español honrado, trabajador, decente y generoso? Usted, señor alcalde de Manacor, ¿sería capaz de enfrentarse a Rafa Nadal cara a cara con las mentiras que ha dispersado a escondidas? Piénselo y si no puede pida perdón a toda España, porque Rafael Nadal es de todos los españoles y todos le queremos como es.

            A usted no sé si le quiere alguien.