23 de abril de 2021

DIFÍCIL




DIFÍCIL

Matilde Muro Castillo


Cada quince días aparezco por aquí con la ocurrencia oportuna, y es difícil acertar con algo que pueda interesar a la mayoría de los que amablemente me leen.
No crean que no me devano los sesos tratando de dar con el clavo, porque soy fiel seguidora de cualquier medio de comunicación, pero cuesta mantenerse al margen de opiniones ajenas para que no me tachen de oportunista o copiona, para que no lleguen a deducir que me dedico a dar lecciones de todo, sin saber de nada exactamente. Para evitar que el periódico me diga que me dedique a otra cosa, o no dejar de lado a los fieles (que saben quiénes son y no necesito mencionar) y menos aún, para no caer en la desgana de la falta de obligación que además me hace feliz.
Me sale del alma escribir sobre Rocío Carrasco y decirle que la vida le proporcione la paz que ella ha llevado a muchas mujeres, pero es corto el mensaje y no da para más. Querría escribir sobre Isabel Díaz Ayuso, Pablo Iglesias, Pedro Sánchez, Úrsula von der Leyen, el entierro del Duque de Edimburgo y los comentarios atroces de los periodistas que sólo mienten cuando hablan de sus nietos, del presidente turco, del Papa, de los policías de Estados Unidos que alientan una salvaje violencia callejera, de los problemas de la vacunación, de la ruina que se avecina por todas partes … de tantas cosas que llenaría sola el periódico, pero no me dejan.
La verdad es que mi cabeza ahora descansa en el mundo de los libros. Los libros me llenan el alma, me acompañan, me recreo en contemplarlos sin necesidad de leerlos. Me interesa todo lo que suponen: objetos cálidos, diseñados por artistas que emplean su esfuerzo en que vean la luz. Los impresores que agotan las existencias de las tintas y el papel mientras llegan las nuevas remesas, amén del autor que se ha desnudado para contar su yo más íntimo a quien no conoce. El olor que desprenden al abrirlos, el polvo espantoso que acumulan y nos hacen decidir a veces entre ellos o diferentes compañías, el contenido que atesoran y me parece que tendré que descubrirlo porque no he leído todo lo que pasa por mis manos, y ahí está esperando que formen parte de mi vida o… no sea posible y sigan siendo el tesoro que supongo guardarán para mejor ocasión.
Ahora estoy sumida en el mundo de los libros más que otras semanas. Es la del libro, es la semana en la que el libro es el protagonista de más vidas de las habituales, es la semana de Cervantes, de Shakespeare, de Landero, Marguerite Yourcenar, Heinrich Böll, Almudena Grandes, Bartolomé José Gallardo, Lewis Carroll, Santa Teresa de Jesús, Sor Juana Inés de la Cruz, Pedro Cieza de León, Rosa Montero… mis escritores favoritos, los que alientan mi vida cotidiana, los que me ayudan a distinguir entre lo necesario y lo imprescindible, lo claro y lo grisáceo, el humor y la grosería, la piel y el alma. 
Esto que les he contado es lo que alienta la columna de esta semana que, sin darme cuenta, se ha terminado.

Esta columna ha sido publicada en el diario HOY de Badajoz el lunes 19 de abril de 2021
 

8 de abril de 2021

LA HUCHA




España ha sido siempre un país pobre, que de repente se ha creído rico y ha tirado por la borda la inmensa fortuna de la que disponía sin saberlo: sus habitantes.

Desde que perdimos el oremus la cosa ha ido de mal en peor. No reconocemos las hazañas protagonizadas por paisanos que atravesaron el mar sin saber nadar, con el arma de la religión y el vello corporal, para asustar a los habitantes del otro lado del océano y ahora agachamos la cabeza cuando nos llaman asesinos, ladrones, invasores y toda clase de lindezas insoportables.

No nos damos por aludidos cuando se habla del esplendor de nuestro arte, de la belleza de nuestra lengua, de lo insólito de nuestra literatura, del sueño de nuestros paisajes, las arenas de nuestras playas y la bondad de nuestro clima.

Tenemos tendencia a mirar hacia afuera. A lo nuevo, lo escandaloso, lo que no sale de aquí, lo que nos prestan más que lo que conseguimos con esfuerzo, lo que nos venden más que lo que vendemos, lo que crean sin reparar previamente en nuestros creadores … y poco a poco, la hucha de lo que se puede atesorar se vacía.

Ahora esta situación pandémica nos arrastra al interior de España, nos prohíbe disfrutar de la costa, nos impide salir de las regiones y ¡oh maravilla! Hay una España llena de personas con las que nos identificamos, museos que desconocíamos pero que estaban ahí, fiestas populares que se han refugiado en los balcones porque no sirven las aglomeraciones de las plazas. Ahí, a nuestro lado está la fábrica del queso que compro en la gran superficie, más allá los panaderos de toda la vida que pensaba que habían muerto, a la vuelta de la esquina siguen los cordeleros pasando penurias como nunca antes. Ahora, que hay más silencio, se escucha el ensayo del violoncelo por las tardes en el balcón de enfrente, se oyen pájaros que parece que han vuelto, y es verdad que nunca se fueron, el perro de la vecina ha dejado de ladrar porque ella está a su lado todo el día mientras trabaja desde casa, y sale con él a pasear cuando aborda la calle.

Ahora, siempre ahora, gastamos menos porque nos quedamos agazapados ante el embate de la fiera invisible, llenamos la hucha y a pesar de este ejercicio de contención y los buenos resultados de la cuenta corriente, seguimos siendo pobres españoles que no sabemos administrar nuestro ser y estar en el mundo.

Nos falta orgullo de pueblo, querernos a rabiar sin enfrentamientos, echar fuera de nuestro ser el reproche, el odio inmisericorde al ajeno por distinto, bajo, alto, bueno o cruel; y nos dejamos que se rían desde fuera de nosotros, como si esa risa no fuera más que envidia de lo que tenemos y no sabemos ver.

Nuestra torpeza es la falta de visión. No saber que la hucha se puede romper, y que lo que guardamos con vergüenza y desconocimiento, es nuestro.

Ser español es un sueño, nunca una pesadilla. Si lo disfrutamos, las cosas irán mucho mejor, a pesar de los que no se lo creen.

Matilde Muro Castillo.


Este artículo ha sido publicado en el Diario Hoy de Badajoz el lunes 5 de Abril de 2021.