29 de diciembre de 2021

UN TOQUE

 



He pasado un año infernal pidiendo ayuda para la supervivencia de una asociación dedicada a la cultura en Extremadura. No he conseguido nada.
En Extremadura la cultura es cosa de la Junta. No hay paso a nadie que se empeñe en hacer cosas innovadoras, útiles, generosas o inesperadas. Todo tiene que pasar por el filtro de la Junta, de la consejería correspondiente y de sus funcionarios o personas designadas a dedo para ocupar cargos administrativos.
Verán, les explico. Si te empeñas en traer a tocar el piano a Lang Lang por ejemplo, y necesitas una ayudita, como es normal en todas las actividades de esta región, has de presentar tres presupuestos de personas que tocan el piano como Lang Lang. ¿Cómo? , dices a los responsables de los presupuestos, y te contestan que es lo que manda la ley de presupuestos y que salen a plataformas, a concursos, y habrán de pasar el filtro de la conveniencia o no de que ese señor venga a tocar el piano a Extremadura, y de entre los tres presupuestos, los veintidós informes, las demoras, los retrasos por culpa de la pandemia, las inconveniencias de los que no saben de quién se trata el tal pianista, los informes telemáticos del funcionario que trabaja desde su casa, al que se le ha colgado la línea y no es capaz de mandarlo porque la tal línea es escasa y no tiene capacidad para atender a todos, es mejor que decidamos irnos a la feria de turno a ver si nos toca una muñeca chochona en la tómbola correspondiente, y así escuchamos música, que en definitiva es lo que estamos pidiendo.
Los plazos son insufribles. La falta de decisión, el bloqueo permanente, la incapacidad de gestión es memorable. No mejoramos. Al contrario, vamos en un auténtico retroceso, y me gustaría que los responsables de cultura tuvieran la torería de decir públicamente cuáles han sido los fondos que han devuelto a origen sin aplicarlos, porque no han sido capaces de ejecutar lo proyectado.
La cultura es esa prótesis que necesita la sociedad para vivir. Las prótesis son caras, a nadie le gusta que se le vean y procuramos no manifestar esa deficiencia, pero sin ellas no se puede vivir. La misión de los administradores del dinero público de la cultura es saber de cultura lo primero, luego saber que lo que hacen es tan necesario como los de la sanidad, el campo o la tecnificación de la sociedad. Con esa displicencia, abandono, injustificado silencio con el que se considera a las asociaciones culturales que mantienen el esqueleto espiritual de la región, no se puede tratar. Todo no es dinero, pero sin él no se puede hacer nada. Todo no es dinero, pero matar de hambre e impedir que se busquen otros medios, es crueldad pura y dura. Ustedes, señores de la junta de Extremadura, lo quieren copar todo y mandar sobre todo. Entonces tienen que financiarlo con la generosidad con la que las asociaciones culturales se manifiestan, y a las que usan para lustre propio presumiendo de libros que no han hecho, museos que no han financiado, músicas que no han compuesto y literatura que no han escrito.
Antes de aprobar los miserables presupuestos de cultura para 2022, piensen y rectifiquen.

Matilde Muro Castillo

Artículo publicado en el diario HOY de Badajoz el lunes 27 de diciembre de 2021


14 de diciembre de 2021

EL ESPEJO

 



Los humanos de a pie vivimos mundos que no se corresponden con los mundos de los que dicen que nos mangonean. Nuestra vida es mucho más comprensible que la que se elabora a fuerza de decretos, declaraciones, composiciones matrimoniales de conveniencia o fugas de capitales hacia paraísos inaccesibles para los que, con sangre propia, producen las riquezas que esos artífices de mundos inalcanzables, atesoran.
No es tan difícil darse cuenta de que la mayoría estamos en el otro lado del espejo, ese que no refleja nada de nada, pero sin cuya oscuridad no sería posible la luz que emana de la otra cara, y que representa al que no hace nada, al que se pone frente al cristal oscurecido por la miserable sociedad que cree esclavizar para que se mire el todopoderoso.
Leonardo, que era zurdo, descubrió en la magia del espejo cómo poder entender lo que se escribía en sentido opuesto al común de los sentidos de la grafía, y supo que, mientras navegaba por la oscuridad, nada le molestaría en sus investigaciones, y sólo pondría en claro lo hallado si usaba la parte brillante del espejo. Leonardo sabemos que era sabio, pero no podemos saber qué se quedó en lo oscuro de esa mente prodigiosa que a todos deslumbraba cuando usaba el espejo para leer.
Nuestro mundo es así. Los que habitamos la oscuridad, nos creemos poseedores de la luz, pero no es cierto.
Los artilugios políticos, financieros, tecnológicos, inmorales y conceptuales deslumbran los comportamientos actuales y ciegan la visión de los que están escondidos generando luz al otro lado.
Nos mienten sin descaro. Nos engañan sin moral. Nos hunden en nuestras propias miserias, mientras las montañas de riquezas materiales son cada vez más altas y menos accesibles a los generadores de las mismas.
Nuestro mundo se está convirtiendo en algo intratable, difícil de sobrellevar y tendente a encontrar la paz en la oscuridad, algo que va en contra del ser humano, de su desarrollo, del esfuerzo manejado por todos y que debería redundar en beneficio de todos en forma de luz.
Spinoza, el maestro de la bondad, el filósofo de las buenas intenciones, el que creyó aleccionar a los alumnos de la época, dijo que la generosidad era el motor de la riqueza, pero Spinoza se ha quedado obsoleto ante la manipulación a la que estamos siendo sometidos.
Antes, estas maniobras se quedaban ocultas, no había forma de entender porqué cuanto más trabajabas, inventabas, estudiabas o creabas eras más pobre. Ahora esas armas del oscurantismo se están abriendo por las hiendas que los espejos hacen cuando se usan demasiado, se limpian por la cara brillante, o se caen haciéndose mil pedazos que reflejan lo mismo que cuando estaban enteros.
Ahora, las armas de la comunicación, de la mentira universal, del horror de los comportamientos en contra de los más débiles, tienen a veces la mira torcida o el cañón atascado y se les vuelven en contra. Pero son pocas esas veces, aunque por los arañazos de los espejos entra la luz de lado a lado y dejan de brillar.
Cuidado.


Matilde Muro Castillo.
Artículo publicado en el diario HOY de Badajoz el 13 de diciembre de 2021.