22 de mayo de 2007

MIENTRAS ELLA DUERME


Salimos a pasear cuando nadie lo esperaba. No hace buen tiempo para nadie de los que me acompañan, pero la temperatura se lleva en el corazón. Estoy encantada a pesar de las quejas que oigo a mi alrededor acerca del exceso de agua.
Ahora, paseando, me doy cuenta de que el día ha transcurrido como si no hubiera ocurrido nada y la verdad es que me he matado a trabajar. Habré dicho "buenos días" unas doscientas veces, he sonreído sin ganas, he saludado y me he interesado por lo de los demás, bajo la atenta y sospechosa mirada de mi superior, al que las conversaciones ajenas le sublevan.
Un pedacito de "El extranjero" de Camus, me ha vuelto a la realidad antes de salir. Tengo el libro sobre la mesa del comedor, y esperando a que la perra se sacudiera la pereza y llenara de pelo su alrededor, he ojeado una página: " usted seguro que ha deseado tener otra vida¡ Le contesté que naturalmente era así, pero que no tenía más importancia que desear ser rico, nadar muy rápido o tener una boca mejor hecha".
Estoy caminando dándole vueltas al tema, y creo que lo mejor que puedo hacer es no perder el tiempo pensando en cosas inalcanzables: nadar rápido, tener otra boca o disponer de otra vida. De momento, lo que de verdad me preocupa es la puerta que están cambiando en esta casa, y que está quedando horrorosa, con la bendición de las autoridades locales, a las que las puertas de aluminio les interesan lo que a mí nadar rápido.
22 de mayo de 2007


No hay comentarios: