CAINITAS
https://www.hoy.es/extremadura/cainitas-20191216101042-nt.html?fbclid=IwAR2x0mdCXSX1ptxoFubWuwc9CHmBQvdcM2ZRT9oUizRgtsUG_kv537f68MU#vca=fixed-btn&vso=rrss&vmc=fb&vli=Extremadura
Tenía la impresión de que el
alcalde de Manacor había errado el tiro hablando mal de Rafa Nadal, esa persona
impecable en su trabajo y comportamiento social.
Somos
malos entre nosotros. No ha habido una respuesta furibunda nacional contra ese
sujeto político que echa basura aventando suposiciones y opiniones propias
frente a Rafa Nadal, al que tendría que extenderle una alfombra roja allá por
donde pasara, porque no ha hecho otra cosa el deportista que vivir en su
pueblo, como a todos nos gusta.
La
diferencia de Rafa Nadal con los demás mortales es que desarrolla una actividad
con la que gana bastante dinero, y tiene el gusto de gastarlo en su entorno
habitual, contrata a los que conoce, da vida a las empresas de esa localidad
pequeña y aislada que tiene dificultades de comunicación por razón de la
geografía, pero que él solventa invirtiendo cantidades gigantescas de dinero
para que no parezca que llegar a Manacor es complicado.
Rafa
Nadal, además de jugar como los ángeles al tenis y ponernos de pie a los que le
seguimos, por esa fuerza mental envidiable, ha decidido por sí mismo conservar
sus amigos de la infancia, bañarse en las aguas del Mediterráneo, comer lo que
siempre ha comido, dormir la siesta, disfrutar del sol, y pasear por su pueblo
sin firmar autógrafos porque todos lo tienen, y que le dejen en paz los pocos días
que ahí pasa, le cueste lo que le cueste de impuestos.
Pero
amigos, ha aparecido el alcalde cainita, el envidioso de turno que disfruta
haciendo el mal, ejercitando el poder de la lengua viperina, dándose la
importancia que no tiene, sacando a relucir sus incompetencias, y estableciendo
topes donde no existen. ¡Hace falta ser inútil!
El
alcalde actual de Manacor debería pedir perdón, ponerse a las órdenes de Nadal
y su gente y tratar de potenciar esa belleza de isla con el nombre del mejor
deportista que ha tenido España en su historia. Debería dimitir, sin dudarlo un
minuto, y hacer la ola en cuanto lea, escuche o toque el nombre de Rafael
Nadal. Debe prescindir de la estupidez que irriga la política en general y
ponerse a disposición de quien hace las cosas bien, de quien se siente español
por los cuatro costados, de quien no para de decir que su mayor orgullo es su
país, su pueblo, sus amigos, su gente. De quien es tan generoso que ayuda en
Manacor, en España, en India, en África… donde le pidan y sepa que, la infancia
sobre todo, le necesita.
¿Qué
más hay que hacer en este país?, ¿qué más se necesita para que dejen en paz a
la gente buena?, ¿es tan espantoso ser español honrado, trabajador, decente y
generoso? Usted, señor alcalde de Manacor, ¿sería capaz de enfrentarse a Rafa
Nadal cara a cara con las mentiras que ha dispersado a escondidas? Piénselo y
si no puede pida perdón a toda España, porque Rafael Nadal es de todos los
españoles y todos le queremos como es.
A
usted no sé si le quiere alguien.
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