Nunca he dejado de leer la prensa, con más o menos asiduidad y variación, pero mi casa siempre ha estado (y permanece) llena de montones de papeles impresos de los que me cuesta un enorme trabajo deshacerme, porque todo me interesa.
Ahora las noticias me agobian, porque sólo hablan de economía y yo no tengo un céntimo, y no sé cómo calcular en qué medida me afectan esas cifras brutales que leo sin cesar. Los miles de millones, o simplemente los cientos de miles de euros que circulan a mi alrededor, me parecen inalcanzables jamás.
Salgo a la calle y pienso en qué dinero llevará en el bolsillo el que camina, o si será uno de los afectados de las preferentes, o si tiene el dinero en casa (lo más prudente, desde luego). Me pasa como cuando empecé con el carnet de conducir, cuando veía que todo el mundo lo tenía y yo me sentía incapaz de sacarlo.
Ayer he leído una profecía: España sale del euro en el 2014. Y se ha quedado tan tranquilo. Dice que es mejor, que USA en el 31 se salió del patrón moneda y mira lo bien que está ahora, y que Inglaterra y Alemania hicieron lo propio y son los que tiran del carro.
Yo no sé si el que ha hecho la profecía, un sesudo economista americano al que todos veneran, conoce España y las distintas formas de pensar de los españoles. Tampoco sé si sabe que el presidente del gobierno es gallego y que contesta a preguntas con preguntas o silencios. Lo único que sé es que la tienen tomada con España y Grecia y a lo mejor hay intereses oscuros por ahí para quedarse con cosas que son nuestras (unas palpables y otras intangibles) y que de momento no pueden conseguir.
Desde luego, si lo que ha intentado es meter miedo, si alguien lo ha leído, lo ha conseguido.
Esta mañana he sacado mi colección de pesetas, y estoy contando.
Ahora las noticias me agobian, porque sólo hablan de economía y yo no tengo un céntimo, y no sé cómo calcular en qué medida me afectan esas cifras brutales que leo sin cesar. Los miles de millones, o simplemente los cientos de miles de euros que circulan a mi alrededor, me parecen inalcanzables jamás.
Salgo a la calle y pienso en qué dinero llevará en el bolsillo el que camina, o si será uno de los afectados de las preferentes, o si tiene el dinero en casa (lo más prudente, desde luego). Me pasa como cuando empecé con el carnet de conducir, cuando veía que todo el mundo lo tenía y yo me sentía incapaz de sacarlo.
Ayer he leído una profecía: España sale del euro en el 2014. Y se ha quedado tan tranquilo. Dice que es mejor, que USA en el 31 se salió del patrón moneda y mira lo bien que está ahora, y que Inglaterra y Alemania hicieron lo propio y son los que tiran del carro.
Yo no sé si el que ha hecho la profecía, un sesudo economista americano al que todos veneran, conoce España y las distintas formas de pensar de los españoles. Tampoco sé si sabe que el presidente del gobierno es gallego y que contesta a preguntas con preguntas o silencios. Lo único que sé es que la tienen tomada con España y Grecia y a lo mejor hay intereses oscuros por ahí para quedarse con cosas que son nuestras (unas palpables y otras intangibles) y que de momento no pueden conseguir.
Desde luego, si lo que ha intentado es meter miedo, si alguien lo ha leído, lo ha conseguido.
Esta mañana he sacado mi colección de pesetas, y estoy contando.
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