27 de julio de 2020

LOS POBRES



Los pobres

MATILDE MURO

Los del sur de cualquier parte del mundo, continente, país o ciudad, somos pobres. Somos pobres en educación, carreteras, no tenemos aeropuertos, de los trenes mejor no hablar, no se firman hipotecas, los bancos cierran porque no ganan lo suficiente y no hay mucho dinero al que meterle mano. Los márgenes comerciales son casi inexistentes. No hay industria, no se cotiza en bolsa nada de lo que se pueda sentir uno orgulloso, no hay remanentes de capitales que nos permitan sacar la cabeza en situaciones de apuro. Somos el foco de atención de todas las estadísticas, elaboradas por el norte habitualmente, con la única finalidad de comprobar que su poderío está por encima del bien y del mal.

Mi admirada Mary Beard, profunda conocedora del mundo romano y las consecuencias sobre el nuestro, ha manifestado recientemente en una entrevista en El País, que «siempre ha habido esclavos, y aunque creamos lo contrario, siempre los habrá, y siempre estarán en el sur». Es indudable visto lo visto y, escribiendo desde el sur, no hay nada con lo que poder refutar tal aseveración, que luego Mary Beard argumenta con la brillantez propia de la sabia que, además de proceder del sur de Inglaterra, es mujer y se debate con esa otra consideración humillante, que dejaré para otra ocasión.

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Extremadura está siempre a la cola de todo y los que nos visitan nos tratan conforme a lo que las estadísticas antes mencionadas transmiten. Somos los esclavos de todos ellos. No merecemos tener precios justos, sino competitivos para que compitan ellos. No se explican cómo es posible que comamos todos los días. Se quedan pasmados porque hay árboles y tenemos agua corriente en el siglo XXI, nosotros, los pobres, los esclavos de sus deseos vacacionales.

De repente se encuentran con gente educada, y les preguntan sin empacho ¿qué demonios hacen aquí perdiendo la vida?, ¿cómo es posible que haya personas que decidan hacer de Extremadura su casa?

Recibimos con asombro la sorpresa porque hay luz corriente, hay ciudades con semáforos, no caminan los ganados por la calle, las personas van aseadas, no se come mal en restaurantes, hay hoteles estupendos, espectáculos que atraen a los propios Reyes de España y sus hijas, asociaciones de defensa de los discapacitados más que en ningún lugar del sur, un calor inmenso y generoso, pero soportable porque no hay humedad, y una independencia de la población que no se humilla fácilmente al forastero, que exige comportamiento de esclavo de por vida.

Ahí radica el error del norte, y cansa. No se tienen los mismos medios, no se disponen de las mismas oportunidades, no se trabaja con las mejores condiciones, pero señores del norte: se vive.

En Extremadura puede haber hambre, pero como en todas partes, ni más ni menos. Puede ser que falten cosas que ustedes tienen, pero las nuestras tampoco las tienen ustedes y no nos metemos con ello. Cansa la mirada de superioridad del que nos visita como haciendo un favor, pidiendo y exigiendo maneras, como si nosotros fuéramos los que, por estar al sur, tuviéramos que ir a cortar gratis los tulipanes de Holanda, que tanto nos va a regalar. Los sitios y las cosas no se quieren si no se conocen. A Extremadura no la conoce nadie, y visto los que vienen a mirar, mejor así..


https://www.hoy.es/extremadura/pobres-20200727001528-ntvo.html



6 comentarios:

Carmen González abuela Carlos dijo...

Qué genial eres!

Weeble dijo...

Olé! 👏👏👏👏 Que ganas de conocerte Matilde!

Unknown dijo...

!como me gusta ser extremeña y tener amigas como tan maravillosa

Unknown dijo...

Como diría Serrat, el Sur también existe. Amiga,¿ por qué será que mientras más al sur el mundo es más fascinante? Gracias por tus aldabas.

Unknown dijo...

PRECIOSA,nuestra Extremadura
Como tu😘😘😘
Pobres sí, pero pobrecitos no

Anónimo dijo...

Lo hablaremos un día despacito... Con cervecita y jamon..