30 de marzo de 2015

FECHAS CRUCIALES.





Es maravilloso ver cómo arreglan las carreteras y recortan los setos de las autovías en plena Semana Santa, cuando la autoridad incompetente dice que va a haber más de trece millones de desplazamientos.
Es estupendo ver cómo las máquinas cargadas de asfalto se ponen a arreglar los agujeros que han engullido coches, motos y bicicletas durante los últimos meses, justo cuando los visitantes se acercan en masa a besar los pies de los santos y tienen que transitar por esa vía.
Resulta gratificante ver a la Policía Local arreando multazos a los coches de los turistas, los que dan un poco de vidilla a la ciudad que ha permanecido muerta durante años, para que esos turistas no vuelvan nunca, porque las multas son de padre y muy señor mío.
Qué hermoso resulta contemplar cómo las señales de tráfico giran y giran sin parar, dependiendo del estado de ánimo de la autoridad: ahora se sube, ahora se baja, ahora se sube, ahora se baja... mientras los clientes de los hoteles no saben por dónde llegar y nadie qué hacer porque el miedo al multazo atenaza los sentidos.
No digo ya lo bonito que es contemplar cómo el acceso a las ciudades se corta por todas partes justo cuando más gente las visita, por razón procesional, pero eso sí: no se indica por dónde entrar, sólo que NO SE ENTRA.
En fin, que se anuncian unos días maravillosos en manos de ineptos cargados de aparente autoridad.

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